jueves, 5 de noviembre de 2009

Día 3: Hanoi o la ciudad "Frogger"

Después de pasar toda la noche despierto en el aeropuerto de KL recargando el iPhone y descargarndome el "Steel sky" hicimos el checking a las 4:00 a empujones entre vietnamitas. Era flipante como se te colaban delante de tus narices... luego en Hanoi entendimos el porque de este comportamiento...












Atención a las fotos que ponen en Malasia para informar que "el tabaco pejudica seriamente su salud". Una foto vale mas que 1000 palabras!

Unas de las cosas divertidas de viajar a sitios diferente y exótico es que acabas conociendo a gente, así también diferente. Esperando para embacar a Hanoi se nos acerco un Luis, un madrileño cincuentón erudito, culto, vividor, ludopata, putero y aventurero que resulto ser una caja de sorpresas y que nos salvaría el pellejo en Vietnam ayudandonos a planea el viaje :) y nos explicaría el truco de las peluquerías.

Luis resulta que iba a Vietnam a actualizar la "Guía azul" (una especie de Lonely Planet en español) de viajes que él había escrito hace 4 años. Por lo visto había escrito todas las guias del sudeste asiático, las de Africa y las de latino américa.

El proceso de la visa, sorprendentemente fue rapidísimo: mostrar el par de cartas que nos enviaron por email, entregar los formularios rellenos y ya viola.

Después de recoger las mochilas, cogimos un taxi oficial del aeropuerto (los amarillos) con Luis y una chica australiana. Luis había leído sobre un hotel nuevo en el Old Quarter (el casco antiguo y tradicional de Hanoi) que por lo visto estaba muy bien y era donde él iba a estar y nos recomendaba. Ya en el taxi le dijo al taxista la dirección y el nombre del hotel.

Camino a Hanoi desde el aeropuerto pudimos comprobar el caos cieculatorio de la ciudad: miles de motos y coches en todas direcciones y sin respetar ninguna ley ni regla de circulación.... se trata de tocar el claxon y tirar para donde uno le de la gana. Estábamos acojonados.

De camino al hotel, ya en el Old Quarter, de repente se acerca un tipo, abre la puerta de delante, donde estaba Luis y le dice mostrandole una tarjeta del hotel a donde íbamos, que el hotel estaba lleno y que nos iba a llevar a otro. Todo esto en un plus plas. Aquí Luis muy hábil le contesta que muy bien pero que de todas formas quería ver en persona el hotel para cerciorarse. El taxista y el tipo se miran a lo cómplice y Luis le dice tipo que cierre la puerta y taxista que continúe y que nos lleve al hotel. Cual seria nuestra sorpresa al descubrir en el hotel que HABIAN habitaciones libres y que habiamos estado a punto de ser víctimas de la picaresca vietnamesa....

El hotel estaba de puta madre: moderno, wifi, aire acondicionado, ducha y lavabo propio, tele, minibar, limpio, camas buenas y en el centro del casco antiguo de Hanoi, por 35 $ la noche por habitación doble.

Después de dejar las mochilas nos fuimos con Luis a pasear por el casco antiguo y a dejarnos impregnar de la energía, los olores y la gente del lugar. Lo que mas nos llamo la atención fue el puro caos de trafico que se forma y las inexistentes leyes trafico. Aquí cada uno hace lo que le da la gana... Y cruzar la calle es una aventura: los coches no paran ni en los semáforos ni en los pasos de cebra. Es como el juego "Frogger" donde una rana tiene que cruzar la calle mientras esquiva coches que le vienen de todas direcciones.



Se trata de no mirar a los coches, mirar al suelo e ir caminando muy despacito hacia donde quieres ir. Si todo va bien los coches paran, se apartan y se puede llegar otro lado sano y salvo.





El resto del día lo pasamos paseando y luchando contra el jetlag.



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