Día 28: adiós a las Gili y a Indonesia

En fin como todo en la vida todo tiene un principio y todo tiene un final, parafraseando a Jose. Las horas en las Gili estaban contadas...

Nos levantamos a eso de las 9 para desayunar y saborear los últimos momentos a lado de la playa, escuchando el maravilloso romper de las olas con 30 grados en el aire.



Pertenecíamos ya a la isla. Por lo menos de espíritu.


Después pagamos el hotelito y nos fuimos a esperar el barco rápido que nos llevaría a Kuta- Bali en 2 horitas. Que maravilla solo 2 horas cuando a la ida tardamos 1 día y medio....
El barco en cuestión era muy moderno con 4 motores fuera borda de muchos caballos.








Al llegar a Kuta, el Lloret de mar de Bali, nos vimos rodeados de nuevo de motos, coches, gente y mucho calor. Al principio nos fuimos a dar una vuelta por la playa para ver a los surfistas y mientras esperábamos el transfer al aeropuerto. Enseguida nos dimos cuenta que con las mochilas a cuesta, lo mejor seria ir a algún lugar con aire acondicionado y quedarnos allí hasta la hora de partir.


El sitio elegido fue el Mc. Donals que estaba al lado de la playa, muy grande y con A.C. ( que era lo que importaba) . Allí estuvimos las 3 horas siguientes, eso si, con alguna escapada para hacer las ultimas compras o bien para ver una procesión religiosa dado que era un día especial para los musulmanes (en Malasia lo son).
Ya era hora de tomar un taxi y como siempre tienes 3 o 4 que se ofrecen. Después de regatear nos los dejaron por 40 ringgs en lugar de los 60 iniciales ( ya estamos rodados en el arte del regateo debido a los constantes timos a los que nos han sometido, jeje).
Ya en el aeropuerto todo fue bien. Esperamos un rato y durante ese tiempo conocimos una chica de Borneo con la cual intercambiamos Facebook. Nos contó un poco como funciona la sociedad en Malasia y nos invito a la isla para que la conozcamos y de paso nos comento a petición nuestra que tenía una hermana de 27 años soltera ( perfecta para Jose) y que era igual de guapa que ella (21 años). Así que igual la próxima vez nos vamos para Borneo, una isla salvaje, muy tradicional y con una fauna y flota espectaculares para no hablar de las chicas achinadas, morenitas, amables y trabajadoras.

Ya en el avión hacia Kuala lumpur estuvimos descansando y leyendo llegando a la capital a las 23 horas después de 3 horas de viaje. Allí haríamos noche en el centro para ir al día siguiente a ver las Torres Petronas. El aeropuerto estaba a una hora de la ciudad así que cogimos un taxi y sin mas historia pasamos la noche allí.

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