No hay mucho que contar ya que nos hemos pegado todo el día tumbados en las hamacas y a la sombra de los parasoles de hoja de palmera. Después de habernos achicharrado ayer, hoy estamos como vampiros a la sombrita y huyendo del sol.
Las únicas actividades dignas de mencionar en el día de hoy han sido las de leer, domir, darse un chapuzón y de vez en cuando encargar algo para comer y beber. Los batidos de mango están de muerte.
La sorpresa del día fue encontrarnos a Luis de casualidad en el bar de nuestro resort!
Por la noche fuimos a cenar con él al Rainbow bar en la playa, que resulta que era de un gallego, José, que llevaba viviendo en Vietnam 15 años. Y estuvimos los 4 hablando e intercambiando historias hasta altas horas de la madrugada. Cerramos el local y la playa :)
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