Día 12: la excursión en la isla

Ring, ring... Suena el despertador; son las 7.30! Hoy hay una excursión que nos llevara todo el día realizarla, pero primero de todo un buen desayuno a pie de playa.



Mas tarde, a eso de las 8.30, vienen a buscarnos y como sardinas en lata nos llevan en un minibus al otro lado de la isla; antes paramos en una especie de casa y nos hacen salir a todos del coche (unos 15); en el local en cuestión vendían perlas naturales; nos enseñan como las cultivan en unos criaderos y los diferentes colores que pueden adquirir; yo les digo que todo esta muy bien pero que primero debería agenciarme una novia y luego comprar las perlas, digo yo.









Le pregunto al tipo si tiene una especie de paquete con novia + perlas a lo cual se ríe y me dice "tu madre, tu madre"; no si estos con tal de vender...

Una vez puestos en el bus de nuevo y a través de una especie de carretera en construcción (París Dakar a lo bestia ), llegamos a un pueblecito de pescadores. Me dio la sensación que nos miraban como seres extraños y que representábamos una industria floreciente en estos lares: turismo.
















Mas tarde nos montamos en un barco de pescadores que nos llevaría a un sitio recóndito para la primera inmersión subacuática. Estaba lleno de corales y pudimos ver pececitos de todos los colores. De nuevo en el barco nos dieron sedal con anzuelo y venga a pescar! Jose saco un pez bien gordo que mas tarde nos comeríamos; luego otra inmersión en otro sitio muy paridisiaco; allí hubo una batalla entre un cangrejo y yo; con mis buenas artes de cazador pude hacerme con el mismo, llevandomelo al barco para mostrarlo a mis compañeros de excursión. Después de un rato de estar jugando con el, lo devolví sano y salvo a su medio natural, el mar.









Los del barco nos hicieron una buena comida a base de pescado; atún y algún que otro pececito frito. Estuvo todo muy bueno. Después de esto ya solo quedaba ir a puerto, al cual llegaríamos una hora mas tarde. Minibus y otra vez para el resort.

Al bajar del coche empece a darme cuenta de que quizás había tomado demasiado el sol (sin crema) ya que me dolía toda la espalda. Al llegar al bungalow estábamos los dos cansadisimos. Nos acostamos a eso de las 18.30 y no nos despertamos hasta las 7.00 del día siguiente...¡eso si que fue descansar!

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